Bienvenidos!!

Iniciamos el blog, con una pequeña explicación del significado de Siervo de Yahveh.

He escogido este nombre puesto que el Blog pretende recoger reflexiones e información que me resulta de gran interés, como la relación entre el cristianismo y el judaismo, profundizar en las raices judias, tradiciones, significados y misdrash, asi como el significado de los diferentes lugares de tierra santa, llamada también "El Quinto Evangelio".

También la vida de los primeros cristianos y apóstoles, con especial interés en San Pablo, dado que estamos en el año paulino y que es mi patrón.

No quiero tampoco olvidar la evangelización, el anuncio del kerigma (buena noticia), las personas que se dedican a ayudar a los pobres, de espíritu y de bienes.

Pretendo recoger en el blog, todo aquello que me resulta de interés dentro de los temas anteriormente comentados.

Es posible que haga alusiones al Camino Neocatecumenal, itinerario de formación permanente en la fe, en el que empecé hace ya muchos años. Utilizaré un vocabulario conocido para los hermanos del camino neocatecumenal (que es el vocabulario que tengo) .Quiero dejar constancia que el blog no es un blog del Camino Neocatecumenal ni sobre el Camino Neocatecumenal ni sobre Kiko Argüello, Carmen Hernández ni el Padre Mario, si no que es tan solo un blog personal de mi, un catecúmeno.

viernes, 20 de junio de 2008

Siervo de Yahveh

El nombre de «siervo de Yahveh» es en la Biblia un título honorífico. Yahveh llama «mi siervo» al que destina a colaborar en su designio. Para cumplir o realizar este designio envía a su Hijo, siervo de Dios por excelencia; este título expresa incluso el aspecto más misterioso de su misión redentora : Cristo, en efecto, por su sacrificio expía la negativa de servir que es el pecado y une a todos los hombres en el mismo servicio de Dios.

I. LOS SERVIDORES DE DIOS Y EL PUEBLO DE LA ALIANZA.

El título de siervo de Dios se da a hombres cuya misión concierne siempre al pueblo elegido; dado con frecuencia a Moisés, mediador de la alianza, designa también a los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob, luego a Josué que conduce al pueblo a la tierra; se aplica a los profetas que tienen misión de mantener la alianza, así como a los sacerdotes que celebran el culto divino en nombre del pueblo-sacerdote. La elección de todos estos servidores está finalmente destinada a hacer al pueblo fiel al servicio que Dios aguarda de él, como lo son los ángeles, servidores de las voluntades divinas.

II. DE LOS SERVIDORES INFIELES AL SIERVO FIEL.

Ahora bien, desde los primeros tiempos el pueblo elegido es infiel a su vocación de servidor, indócil a los servidores de Dios; por eso es castigado con el exilio por medio de un rey pagano, Nabucodonosor, que en este sentido es servidor de Dios. Pero Dios, que no quiere la muerte, sino la vida del pecador, se escoge un resto que será fiel bajo el reinado de su siervo, el nuevo David. A este resto van dirigidos los oráculos del Libro de la Consolación.

1. El servidor infiel.

El profeta que desarrolla en este libro el tema de Israel, servidor de Dios, lo entrelaza con el tema de Sión, esposa de Dios. Esta esposa ha sido abandonada por-que sus hijos han sido infieles; Israel, rebelde desde el seno materno, es por su culpa un servidor perezoso, sordo y ciego; Dios, sin embargo, lejos de olvidar a este servidor escogido, le perdona y va a salvarlo gratuitamente por medio del rey pagano Ciro, su pastor, su ungido, su amigo. Parece incluso que el rey libertador es el servidor, más tarde este canto, releído sin tener en cuenta el contexto, se aplicó al siervo Israel, cuya vocación, misión y sacrificio son el objeto de otros tres cantos.Esta interpretación es ya la de los LXX y será seguida por Mateo. En todo caso, gracias a Ciro, Israel, servidor infiel y liberado, testimonia entre las naciones la impotencia de los ídolos de Babilonia, frente al único Dios verdadero y salvador.

2. El siervo fiel.

Ahora bien, de este testigo pasivo quiere Dios hacer un siervo fiel que por su testimonio aporte a las naciones la luz de la salvación. El final del libro, que expone este designio, está dominado por la fisonomía misteriosa de un profeta al que Dios da el nombre de su siervo. Así como el patriarca Jacob es inseparable del pueblo que lleva su nombre y en el que él continúa viviendo, así este siervo, que tiene los rasgos, purificados, de Jeremías, es inseparable de este «Israel» cuyo nombre lleva, de este resto «en el que Dios será glorificado» es, sin embargo, distinto de este Israel en la medida en que tiene la misión de reunirlo y de instruirlo. Su paciencia y su humildad lo hacen capaz de ofrecer su vida y de realizar por su sufrimiento el designio de Yahveh: justificar a los pecadores de todas las naciones. Por este sacrificio es consolada Siótl, la esposa estéril se une de nuevo a Dios con una alianza eterna y viene a ser la madre fecunda de todos los servidores de Dios. Al retorno del exilio parece Israel haber olvidado las perspectivas universales de la salvación, cuyo artífice debía ser el siervo por medio de su sufrimiento. Y el profeta, que tiene la vocación de anunciar a los exilados la gloria de la nueva Jerusalén, no hace ya alusión a la expiación del siervo. Entonces el título de «servidor» es dado por Dios a Zorobabel, «germen» que Dios suscita en el linaje de David. En cuanto a los servidores de Dios, el gozo que aguardan será sin duda el fin de sus sufrimientos; pero este gozo no se presenta ya como fruto de una ofrenda que transforma la muerte en sacrificio y hace brotar de él la vida.

III. EL VERDADERO SIERVO, SALVADOR DE LOS HOMBRES.

1. Jesús hace suya la misión del siervo; señor manso y humilde de corazón que anuncia la salvación a los pobres, está en medio de sus discípulos «como el que sirve» , él que es su señor y su maestro y va hasta el extremo de las exigencias del amor en que se inspira este servicio dando su vida por la redención de la multitud de los pecadores; por eso, tratado como un malvado, muere en la cruz sabiendo que resucitará, según lo que está escrito del Hijo del hombre. Si es, pues, el mesías esperado, el Hijo del hombre, no por eso viene para restablecer un reino temporal, sino para entrar en su gloria e introducir en ella a su pueblo pasando por la muerte del siervo.

2. La predicación apostólica aplicó a Jesús el título de siervo para anunciar el misterio de su muerte, fuente de bendición y de luz para las naciones. Jesús, cordero inmolado injustamente como el siervo, salvó a sus ovejas descarriadas; las llagas de su cuerpo curaron las almas de los pecadores. Para Mateo es Jesús el siervo que anuncia la justicia a las naciones y cuyo nombre es su esperanza. Finalmente, un himno permite a Pablo presentar el misterio de Cristo y de su caridad en un poderoso compendio: proclama que Cristo entró en la gloria adoptando la condición de siervo y muriendo en cruz para obedecer a Dios, su Padre; la profecía del siervo anunciaba, pues, el sacrificio redentor del Hijo de Dios hecho hombre. Por eso el nombre del santo siervo de Dios, Jesús, crucificado y resucitado es la única fuente de salvación.

3. Los servidores de Dios son ahora ya los servidores de Cristo .
Así como el Señor tomó por madre a la que se decía su sierva, así también hace de sus servidores sus amigos e hijos de su Padre. Por lo demás deben, como su maestro, pasar por el mismo camino del sufrimiento; triunfando de la prueba es como los servidores de Dios entrarán en la gloria del reino.